Los espacios de trabajo influyen directamente en el bienestar de los empleados y en consecuencia en su productividad. Algunos factores como la luz, el ruido, la temperatura o el tener una oficina cerrada o abierta son determinantes para la concentración, creatividad y el desarrollo del trabajo colectivo.

Por este motivo, en los últimos años, es más creciente el número de empresas que presta atención a estos detalles e incluso ofrecen a sus empleados espacios de descanso con el objetivo de hacer más confortable el tiempo que sus trabajadores pasan en la oficina y colaborando de esta manera a reducir los niveles de estrés.

 

 

Cualquier espacio de trabajo se puede modificar. Con un cambio de pintura y de mobiliario e incorporando detalles decorativos como plantas, se puede favorecer un buen ambiente laboral que motive la productividad de los empleados.

El último Estudio Global sobre el compromiso y el espacio de trabajo concluye que el entorno laboral se debe diseñar como un ecosistema de espacios interconectados que fomenten el bienestar de los trabajadores tanto en el ámbito de la comunicación y desde el punto de vista de la privacidad, ya que el bienestar influye decisivamente en el grado de compromiso de los trabajadores.

Satisfacer las necesidades físicas y emocionales de los empleados es clave a la hora de aumentar el grado de satisfacción y compromiso.

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